País

Brasil

Sinopse

El espectáculo del Teatro Oficina surgió como una reflexión a los 50 años del Golpe Militar en Brasil, aproximando nuestra historia política desde el suicidio de Getúlio Vargas hasta los recientes acontecimientos, como el Mundial de Fútbol y la creación de una vestimenta especial para que los policías actúen en las manifestaciones callejeras. El espectáculo hace un recorrido por los montajes y ensayos de Cacilda Becker, como medio de narrar el ayer y la actualidad y sus similitudes. El musical tiene en cuño de diversos estilos y la voz central es la acción, sea a través del canto, del discurso, del pensamiento entregado al público y del embate retórico, o por el soliloquio de Hamlet declamado por los opresores. Mientras que los teatros sufren la pérdida de su independencia, participamos en intervenciones sobre la libertad del ciudadano en niveles diferentes hoy en día. El escenario de la calle del Teatro Oficina nos invita a reflexionar y a hacer de ese encuentro un recorrido en dirección al presente y de la reacción, en este que es uno de sus más interesantes trabajos recientes.

Ficha-técnica

Dramaturgia y Dirección: José Celso Martinez Corrêa
Consejera Poeta: Catherine Hirsch
Dirección Musical: Adriano Salhab, Giuliano Ferrari e Montorfano
Banda Sonora Original: Cia Oficina Uzyna Uzona e José Celso Martinez Corrêa
Dirección de Producción Teatro Oficina: Ana Rúbia Melo
Actores de la Compañía Oficina Uzyna Uzona y Universidad Antropófaga: Acauã Sol (delegado Bonchristiano, Robogolpe e coro); Alessandro Leivas (muchacho, fotógrafo, estudante da UNE e coro); Ariel Rocha (coro); Camila Mota (Cacilda Ana Jelkes e coro); Carolina Henriques (mensageira Lolita e coro); Danielle Rosa (égua de São Jorge Ogum, dona Cesarina Leonor, Maria Alice Vergueiro, Maxine, coro e duplo de putana); Eduardo Pelizzari (coro); Giuliano Ferrari (Ademar de Barros); Glauber Amaral (Jango, Caveirão, Mariguella e marido); Juliane Elting (tradutora, Maria Della Costa, coro e marchadeiras); Letícia Coura (Cleyde Yáconis e coro); Liz Reis (Ítala Nandi e coro); Lucas Andrade (muchacho e coro); Marcelo Drummond (Getúlio Vargas, Leonel Brizola e Walmor Shannom); Nash Laila (Anabela, coro, iguana e pernambucana); Roderick Himeros (Herr Farrenkof, Darcy Ribeiro e coro); Sylvia Prado (Cacilda Becker e coro); Tony Reis (marinheiro e coro); e Zé Celso (ator-diretor e Nono)
Banda Oficina: Carina Iglecias (percussão), Chicão (piano), Giuliano Ferrari (piano, baixo e guitarra), Juliana Perdigão (saxofone, clarinete, clarone e flauta) e Letícia Coura (cavaquinho)
Coura Sonido: DJ Jean Carlos
Arquitectura Escénica: Carila Matzenbacher e Marília Gallmeister
Dirección de Escena: Otto Barros
Vestuario y Atrezo: Acervo Oficina Uzyna Uzona (pesquisa e criação de Carila Matzenbacher e Marília Gallmeister)
Camarera: Cida Melo
Visagismo, Maquillaje y Cabello: Patrícia Boníssima
Consultoría de Visagismo, Maquillaje y Cabello: Amanda Mirage
Iluminación: Renato Banti
Asistente de Iluminación: Victor Fonseca
Efectos Especiales de Luz: Fabio Stasiak/Leds Life e Victor Akkas/SkenoFx
Multimedios Oficina: Igor Marotti e Ivan Vinagre
Transmisión Web: Ivan Vinagre
Cámaras: Igor Marotti e Ivan Vinagre
Web y Asesoría de Comunicación: Beto Mettig
Traducción: Ana Hartmann
Fotografía: Claire Jean e Jennifer Glass
Técnico de Sonido: Leandro Costa
Microfonista: Carolina Defino
Preparación Vocal: Letícia Coura
Preparación Corporal: Elisa Ohtake e Rodrigo Andreoli
Producción: Robogolpe/Anderson Puchetti e Ângela Destro
Administración: Carlos Domingues

Resenha

Han pasado décadas desde que Getúlio Vargas nos entregó su suicidio para impedir un golpe político en Brasil. Años después, él acabó imponiéndose en nuestro imaginario y comprensión de identidad. Entre Getúlio y el ahora los cambios fueron constantes, pero las reformas continúan siendo fundamentales y ausentes. Vivimos el encuentro con el poder, tanto por respetar su condición de ser vivo (a través de mecanismos de reversión de la miseria absoluta y del hambre), como por la opresión de las expresiones simbólicas y de lo real. Los ojos lloran hoy estimulados por la realidad y el spray de pimienta. Pasado y presente se funden como en un canto atonal indescifrable, pero reconocible. El decir se convirtió en el actuar.
Walmor y Cacilda 64 – Robogolpe, musical de la Compañía Oficina Uzyna Uzona sobre los 50 años del golpe militar, observa sucesos que dan un nuevo significado a la historia y a los escondrijos subterráneos del existir brasileño en el tiempo. No existen héroes o santos. São Jorge es Ogum, Dios de la guerra, para tiempos de plomo y dictadura. Seguimos; nos democratizamos, nos reconquistamos. Y el guía encantado llega al presente disfrazado de un policía armado que protege los poderes con armadura futurista: Robocop confrontando a los insatisfechos. Dejamos de guerrear para salvar a todos; pasamos a salvarnos a nosotros mismos en una batalla actual callejera. Las calles son nuevamente un espacio de violento discurso poético de rebeldía. Actuar se convirtió en gritar. Es necesario libertar al hombre y al artista, y permitirles el canto genuino de su época; resucitar a la iguana de Tennessee Williams perdida en los garajes del Dops, convertidos en Cacilda y Maria Della Costa. El país cambió desde entonces. Y parece que cambia nuevamente ya que la libertad se ha revelado otra puesta en escena. Entonces, vamos a reconocer a los personajes. Ha llegado el momento de escaparnos de los cautiverios de la domesticación, invita el Teatro Oficina con ese que es uno de los mejores trabajos recientes de Zé Celso, y que todavía nos sorprende por lo mucho que consigue la traducción al reflejar la urgencia de lo que vivimos y de lo que nos hemos convertido.

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Foto: Jennifer Glass