Sinopse
La versión contemporánea escrita por Rodrigo Garcia presenta los temas centrales del texto original de William Shakespeare, como el desprecio a la vejez, la soledad y la locura, la ambición, el materialismo sin frenos, entre otros. Limitando el universo de la obra al clan Lear, adicionando un clown (payaso), el montaje ignora las tramas paralelas para permanecer en la familia. Acercando lo prosaico y lo poético, lo popular y lo erudito, el espectáculo expone la ética contemporánea como si dentro de un cuadro estuviese, teniendo la transmisión de poder como el punto central. García Wehbi usa como tema para abordar la cuestión, la comida. Entonces la fiesta se trata como una guerra de comida, intensificando el tono de parodia y de la metáfora del alimento como humano, en su carga de sangre, afecto, sociabilización y política. Al final, la trama del autor inglés creada siglos atrás, pasa a demostrar rasgos más tragicómicos, frente al hombre de la actualidad.
Ficha Técnica
Texto: Rodrigo García, con textos adicionales de Emilio García Wehbi
Dirección y puesta en escena: Emilio García Wehbi
Reparto: Ana Balduini, Camila Carreira, Mateo de Urquiza, Amalia Tercelan, Paula Triñanes; Cecilia Blanco; Emilio García Wehbi; Federico Figueroa; Juliana Muras; Maricel Alvarez; e Pablo Seijo
Producción: Cooperativa Rey Lear, Festival Internacional de Buenos Aires e Mecenazgo Cultural de Buenos Aires, con apoyo del Centro Cultural de España en Buenos Aires (Aecid)
Vídeo: Santiago Brunati
Asistente de Vídeo: María José Jerónimo Gazzaniga
Asistente de Música:Vanesa del Barco
Fotografía: Nora Lezano
Diseño Gráfico: Leandro Ibarra
Asistente de Dirección de Escena: Paula Baró
Escenografía, Asistente Artística y Producción Ejecutiva: Julieta Potenze
Vestuario: Belén Parra
Banda, Arquitectura Sonora e Interferencias Musicales: Marcelo Martínez
Iluminación: Agnese Lozupone
Resenha
Rodrigo Garcia es sin lugar a dudas, uno de los grandes provocadores del teatro contemporáneo, principalmente por la manera en cómo desmonta e invierte los paradigmas de los sistemas vigentes de la vanguardia teatral. Actúa principalmente, en la construcción del texto en el modo de operación de la recreación textual, adueñándose de clásicos y no tanto reescribiéndolos. Es en ese aspecto que está la madurez de su cuño. Siempre hay algo de ridículo en el existir humano y en su patética sumisión a los valores tradicionales. Es como si Rodrigo no conociese las reglas del buen comportamiento y forzase los límites para imponer un instante ridículo a quien ve la escena sin olvidarse de una configuración altamente poética. Son espectáculos complejos, subversivos en el sentido de la inversión de mecanismos dramáticos, y no necesariamente extraños. Entonces, todo lo que se ve se conoce, pero difícilmente por la óptica que él representa.
Ahora, un colectivo de artistas nos trae al escenario su visión sobre el clásico shakespeariano Rey Lear. Limitándose a los personajes centrales, el espectáculo se aproxima al núcleo familiar y confronta las instancias de lo popular y lo erudito para cuestionar la ética contemporánea. La metáfora utilizada es la comida y los universos circundantes al alimento como representación posible de lo humano (sangre, afecto, sociabilización y política). Ese elemento, que es muy querido por Rodrigo en sus puestas en escena, expande la perspectiva del joven grupo de artistas al adueñarse del recurso como el medio de alimentar su propio ejercicio escénico. Es en Rey Lear que la ética se expone en su complejidad de convivencia humana al ser instituida por el deseo de poder, al utilizar el lenguaje de Rodrigo para la construcción de una visión particular sobre un texto revisado también por él, y es en el espectáculo donde se acentúa la problemática central sobre sí mismo e impone el hacer como sistema de aproximación del poder de una estética y un discurso, revelando la convivencia entre los artistas como una configuración familiar. Shakespeare tal vez se divirtiese mucho con eso.