País

Brasil

Sinopse

El Colectivo invita al público a recorrer diversos espacios del centro histórico de Santos, donde las escenas y los personajes serán encontrados por el público. Partiendo de la Plaza Mauá hasta la Casa da Frontaria Azulejada, componiendo más de diez estaciones escénicas, el universo de la locura se presenta a partir de las investigaciones iniciadas principalmente sobre las personas del Obispo del Rosário, Estela do Patrocínio y del Profeta Gentileza. No se trata de un espectáculo biográfico. Los personajes son todos locos urbanos y las expresiones están escondidas y olvidadas por las calles, callejuelas, plazas etc. Siempre a través de la perspectiva del excluido, la locura es a veces una prisión, aquella que elimina de la sociedad cualquier contacto y convivencia, o a veces libertad, la que posibilita escapes de las estructuras dominantes y de los órdenes vigentes, tanto al individuo como al artista.

Ficha Técnica

Dirección: Kadu Veríssimo
Actores-Creadores:Juliana Sucila, Junior Brassalotti, Lucas Oliveira, Malvina Costa, Rafael de Souza, Renata Carvalho, Rony Magno, Sérgio Bratz, Thalita Nascimento, Wendell Medeiros e Zécarlos Gomes
Asistente General y Dramaturgia: Junior Texaco
Comunicación y Prensa: Luiz Fernando Almeida
Vestuarios: Gilda Dos Andradas
Diseño Gráfico: Betinho Neto
Iluminación: Alessandro Cruz
Asistente de Producción: Marcelo Wallez, Paula Vraja e Sidney Herzog
Banda Sonora: Elias Tomais e Kadu Verissimo
Producción: Junior Brassalotti, Kadu Verissimo, Luiz Fernando Almeida e o Coletivo

Resenha

Como un loco que anda por el cotidiano escapándose de las instancias seguras propiciadas por la cultura. Como un loco que recorre los rincones, en una especie de fuga hacia dentro de sí mismo y en busca de más libertad. Así, un tanto artista, un tanto prisionero, un tanto paciente e interno, un poco con alas propias y contando con lo divino, el Obispo del Rosario nos suministra una visión sobre la locura diferente y la pone en jaque mate. Fue cuando la creación reemplazaba la comprensión de la sanidad, y hacía de la expresión estética la primera condición de sobriedad. Entonces, ¿quiénes son los locos de verdad? Sería necesario investigar la conciencia, porque de ella depende la comprensión de la realidad y a eso se le atribuye la clasificación de la normalidad. Pero no existe una realidad que se note si no es por medio del estado puro de su presencia sobre el hombre. Entonces, no existe igualmente normalidad, porque ella depende de quién la percibe y de cómo coexisten. La tal locura se formaliza por fuera de la norma. Los locos son antes de más nada, los que tienen una libertad que actúa sobre las prisiones culturales y sociales, fragmentando sus límites.
El Colectivo va a las calles, callejuelas, plazas, alpendes, espacios dónde los excluidos construyen sus bases de pertenencia y soledad. Son espacios repartidos por el centro histórico de Santos. Son once signos posibles de investigación que abordan la violencia que subyace acometida sobre los más olvidados de la sociedad. Construir una realidad sería equivocarse tanto como la sociedad al juzgar una misma cosa por igual. Y el espectáculo es constantemente fragmentado como una realidad escénica, originando la singularidad de cada instante y la acumulación de las experiencias. La calle es quizás la cara de la locura, donde el hombre se revela solo como el espejo de una sociedad en desarreglo y desfigurada. El loco, sea el Obispo, Estela do Patrocínio, Profeta Gentileza y tantos otros, tantos anónimos, tantos resquicios de nuestro fracaso, es la suma paradójica de la división. En un mundo limitado a sobrevivir en estado de perfección determinada, la loca sea tal vez la violenta expresión del existir como artista, comprendiéndose a sí mismo como unidad fundamental del todo.

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Projeto Bispo (Foto: Eduardo Amaro)