País

Colombia

Sinopse

Una mujer que cree ser la Virgen María, un dentista que realiza partos, una niña que piensa ser adulta, una mujer que piensa que es una niña, una mafia de traficantes de órganos humanos y tejidos como el algodón egipcio, el poliéster, etc. Esos y otros personajes componen un espectáculo de humor negro, que abusa de todos los niveles. Un oficial investiga la desaparición de niños y mujeres, hasta que su hija también desaparece. Las conexiones creadas aparentan ser imposibles por las aparentes pocas relaciones existentes. Sin embargo, ellas forman parte de la realidad de las ciudades, aunque la realidad nos parezca menos verosímil y más cruel que las ficciones. Pero es al público al que le corresponderá dar el veredicto final. Así, el grupo colombiano explora la dimensión irreconocible e indescriptible que se presenta en el cotidiano de todos nosotros.

Ficha Técnica

Dramaturgia y Dirección:Fabio Rubiano Orjuela
Reparto: Fabio Rubiano, Jacques Toukhmanian, Jonatan Cabrera, Liliana Escobar, Marcela Valencia, Mario Escobar e Mónica Giraldo
Dirección de Arte: Laura Villegas
Asistente de Dirección de Arte: Juliana Barreto
Asistente de Producción:Rafael Arévalo
Diseño de Luz: Adelio Leiva
Vestuario:Servando Díaz
Sombrerería y Accesorios: William Mejía

Resenha

Puede ser solamente un absurdo. Puede no serlo. Depende menos del acontecimiento y más del entendimiento de lo que se entienda por absurdo. Y para eso es necesario elegir el artículo precedente. ¿Un absurdo o lo absurdo? Porque, al aceptarse lo que es extraño, lo imprevisto, entonces serán tratados solo como uno más. Un absurdo necesita la definición del cotidiano como siendo clarificado y descifrado. Uno más en la medida del conjunto que no se acomoda y se reconoce como pertinente. Un absurdo compone la relación del conjunto matemático como siendo lo que está desconectado, lo diferente, lo no perteneciente. Existe el conjunto y él. Lo cotidiano como siendo el conjunto de acontecimientos y de presencias aceptadas y nombradas como reales por lo plausible, a su vez ya determinado por una regla común impuesta por el ambiente. El absurdo como siendo lo que está fuera de lo normal, lo inmediatamente expuesto como anomalía, lo no clasificable y establecido de antemano. Y en verdad, cuánto el absurdo facilita la convivencia del hombre… Pero puede ser más. Porque, aceptado lo imponderable, lo posible, el ruido, entonces será tratado como genuinamente pertinente. El absurdo necesita la comprensión del cotidiano como movimiento perceptible e indescriptible. Propio, en la medida del conjunto en que se observa una intersección. El absurdo completa la relación del conjunto matemático como siendo la intersección, lo inesperado, lo que no se ve. Existe como un conjunto y como él mismo. El cotidiano como siendo el conjunto de acontecimientos y de presencias que desconfían de su realidad en el orden establecido como normal. El absurdo como siendo lo que está dentro de lo normal, lo imposible como normalidad, lo que no se percibe ni se puede establecer anticipadamente.

Lo cotidiano que nos trae el espectáculo creado por el Teatro Petra es investigado por la perspectiva de ser El absurdo, la consumación en el grado más elevado de las idiosincrasias y de las revelaciones contemporáneas. No se trata de personajes imposibles, sino de absurdos por la potencia de la presencia determinante en lo cotidiano, que son capaces de componer nuevamente el entendimiento del orden. Al ver el grupo, nos queda claro que el más grande de todos los absurdos es el propio entendimiento que poseemos de lo cotidiano. Existe mucho más en los espacios de los conjuntos invisibles que configuran las imágenes de nuestra realidad. Basta mirar a nuestro lado.

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O Ventre da Baleia (Foto: Arquivo Petra)