País

Brasil

Sinopse

Miranda, una niña de 10 años, va a pasar sus vacaciones en la mansión de su tío, en una cuidad distante. Prohibida de caminar por la casa, se hace amiga de Brigite y de Marluce, un sofá y una silla, hasta que conoce a Nicolau, el niño jardinero. Fuera de la casa, ella conoce los muros de un jardín secreto, que estaba cerrado desde el fallecimiento de su tía. Más tarde, Miranda descubre a su primo Gregório que es de la misma edad que ella, y que vivía en un cuarto oscuro siendo tratado como un niño enfermo y débil. Ella lo convence a ir con ellos al jardín prohibido donde los tres empiezan a cuidarlo y a sembrarlo, dejándolo nuevamente florido y exuberante. Poco a poco, la alegría vuelve a la casa. Cuando su tío vuelve de viaje, encuentra al hijo sano y la felicidad cunde la familia.

Ficha Técnica

Inspirado en la obra de Frances Hodgson Burnett
Adaptación: Renata Mizrahi
Colaboración de Texto: Isabel Falcão, Luisa Arraes e Mariah Schwartz
Dirección: Rafaela Amado e Mariah Schwartz
Reparto: Celso André (Tio Heitor/Sofá), Isadora Medella (Cadeira/Acordeom), João Velho (Nicolau), Maíra Kestenberg, Elisa Pinheiro (Miranda), Michel Blois/Pedro Henrique Monteiro (Gregório), Paula Sandroni/Rafaela Amado (D. Gertrudes)
Dirección de Producción: Carla Mullulo
Escenario: Analu Prestes
Vestuario: Espetacular Produções & Artes/Dani Vidal, Ney Madeira e Pati Faedo
Iluminación: Luiz Paulo Nenen
Vídeos: Alexandre Antunes, Lucas Canavarro e Paola Barreto
Banda Sonora Original: Marcelo Neves
Dirección de movimiento: Mariana Baltar e Rafaela Amado
Diseño Gráfico e Ilustraciones: André Coelho
Fotografía: Paula Kossatz
Labor del Utilero: Tallys Moreno
Operación de Luz: Francisco Rocha
Operación de Vídeo: Lucas Canavarro
Producción Ejecutiva: Igor Veloso
Producción Local: Ed Moraes
Técnica de Escenografía: André Salles
Asistente de Escenografía: Camila Scorcelli
Asistente de Vestuario: Marcela Fauth
Costura de Vestuario: Atelier das Meninas
Costura de Escenario: Rosangela Lapas
Sastrería: Macedo Leal e equipe
Bordados, Croché y Acabado: Nelyci Ferraz e Rosangela Maria Faedo
Maquillaje: Fernanda Santoro

Resenha

La historia de la pequeña huérfana que se va a vivir con el tío tal vez traiga ecos de la propia condición de la escritora inglesa Frances Hodgson Burnett, igualmente huérfana de padre cuando era niña. La obra escrita en 1911 antecede la melancolía que girará en torno de los años posteriores, durante la Primera Guerra Mundial, y reacciona a su manera, al pesimismo en los albores del siglo XIX al XX. El momento miraba el hombre a partir de su utilidad, cuando el existir determinaba la importancia y la relevancia en el contexto social. Esos rasgos impregnan el pragmatismo del personaje del tío y lo dibujan severo, distante y objetivo. Así como el nuevo siglo se transformó debido al desarrollo industrial y a la aceleración de los centros urbanos, el aislamiento del ser y el distanciamiento de los lazos afectivos fueron casi naturales. Es sobre ese existir ensimismado y encerrado que transcurre la escritora, potenciando la dimensión poética del vivir al revirar tales perspectivas en el encuentro entre los niños de la historia y el jardín escondido. Como si la belleza, antes olvidada y distante, estructurase también en el hombre lo más bello de su esencia. Así, el existir del nuevo siglo, del niño que será el adulto futuro, se revela a través de la fuerza de descubrirse nuevamente a sí mismo a través de la potencia poética propia de la naturaleza.

Un siglo más después, ahora, en nuestro siglo XXI, la discusión de reencontrar en la naturaleza la esencia natural del hombre, avanza hacia discusiones más urgentes, desde las elaboradas a partir de la ecología hasta las que involucran la comprensión de otro modo de vivir. Entonces la poética de lo bello, perdida en la Primera Guerra, resucita en la perspectiva de un nuevo romanticismo, en que la naturaleza obtiene la mejor imagen de lo sublime, más allá de lo bello circunstancial. Desarrollar tales aspectos en el niño es creer, como creía Frances, que se puede mover por lo poético un existir diferente de los estructurados por los mecanismos vigentes. Basta ofrecerle un sueño como realidad. Y nada puede ser más onírico y verdadero que el contacto con la naturaleza y a través de él, el descubrimiento de que el hombre también forma parte de un sistema natural.

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O Jardim Secreto (Foto: Paula Kossatz)