Sinopse
Como es característico de los espectáculos de André Curti y Arthur Ribeiro, la narrativa nos llega por medio del movimiento de los cuerpos y su capacidad en traernos, por medio del gesto, un existir entre lo real y lo onírico. La historia de los tres hermanos y su madre expone las relaciones por medio de la presencia del amor, los sueños, las alegrías, la risa y también por el dolor de la separación. En la parte cotidiana de sus vidas, nace la delicadeza, la ternura y la tensión. Construido a partir de la estética como soporte determinante a la narrativa, el espectáculo lidia con la presencia-ausencia de los personajes e historias, trayendo a colación lo inexpresable que está presente en los lazos familiares, y como esos lazos construyen y moldean las sociedades desde siempre. Las ternuras sordas y las tensiones dramáticas, como los artistas describen los personajes que se convierten en verbos por la presencia de los cuerpos-imágenes, hacen con que la narración se convierta en una acción límite. Hermanos de Sangre trae de nuevo al gran público la experiencia de alcanzar un instante suspendido de humanidad.
Ficha-técnica
Dramaturgia, Escenario, Coreografía y Dirección: André Curti e Artur Ribeiro
Reparto: André Curti, Artur Ribeiro, Daniel Leuback e Raquel Iantas
Fernando Mota
Violín: Fran Lasuen
Vestuarios y Marionetas: Natacha Belova
Accesorios, Pelucas y Objetos: Maria Adelia e Marta Rossi
Asistente de Accesorios: Camila Moraes e Morgan Olivier
Construcción de Escenario y Labor del Utilero: Demis Boussu
Iluminación: Artur Ribeiro e Bertrand Perez
Producción Ejecutiva: Augusto Oliveira
Dirección de Producción: Nathalie Redant
Dirección de Producción (Brasil): Sérgio Saboya
Vídeo: Jean Luc Daniel
Diseño Gráfico: Roberta de Freitas
Fotos: Xavier Cantat
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Resenha
El cuerpo deja de ser solamente materialidad cuando reconocemos en él una historia. Y es entonces que surge la estética de un vivir que configura también la manera en cómo se contruye su relación poética frente al otro. Ese lazo, más que cualquier otro, empieza en el cotidiano de la convivencia familiar, porque es en ella, en la familia, que se dan los primeros instantes de construcción del cuerpo como objeto de memoria común. Existe un tanto de realidad y de onírico en la manera en cómo la relación se establece, porque a fin de cuentas, el cuerpo-sujeto lleva tiempo para convertirse en su diseño de individuo. Antes de más nada, es la suma de las presencias y la presencia de posibilidades inexpresables, lo que no se puede ver, disolver, y cuya complejidad formula sobre el ser el entendimiento de su historia, de su narrativa, el reconocimiento de su presencia como objeto entre los otros.
Le pertenece al teatro contemporáneo esa aproximación con el cuerpo, tanto como el sujeto es biografía de la creación. Pero es necesario ir más allá. Y la Compañía à Deux investiga ese cuerpo narrativo como poética de un movimiento cuya presencia es menos contar, y más sustentar el descubrimiento de las posibilidades de construcciones entre las personas. Los cuerpos verbos, como se identifican, son la expresividad de un vivir en forma en presencia del discurso real. Cabe aquí comprender la verborragia, por tanto, de la poética del cuerpo contemporáneo. La estética del discurso, o sea, de la materialidad visual del gesto como ampliación del habla-presencia del ser objeto. Al traducir corporalmente las sensaciones, la representación deja de ser la explicación común a los discursos dichos por la voz y pasan a configurar la escena como un discurso de un deseo de presencia poética. El teatro se convierte entonces en el objeto de un cuerpo mayor, igualmente referente y signo. Ahora él es el sujeto, mientras que el público convive con el reconocimiento al ver una parte de su historiografía poética. El teatro como encuentro original, el descubrimiento del otro en la escena como potencia poética y reflejo familiar. Es posible encontrar en la belleza los objetos más profundos de la memoria y construir los lazos de una familia humana.