Sinopse
¿Qué revela y esconde un gesto? ¿Qué es lo que se establece como su comunicación, como su aspecto del habla? El estudio sobre los estados del gesto y del cuerpo como lenguaje forma parte de la investigación de Luis Garay en los recientes trabajos. Este, a su vez, invierte los procesos de enmudecimiento del cuerpo en la danza y propone la velocidad, la acumulación, el movimiento como estado del discurso. Este cuerpo-archivo, cuerpo-colección, como lo denomina el artista, retrata la condición en el contemporáneo a través del exceso gestual y corporal. Es la suma de los ambientes políticos, culturales y formales que la reunión de frases del universo musical pop ofrece como contexto a la escena. El espectáculo corto, con poco más de treinta minutos, asume su valor de desempeño y dialoga con la perspectiva crítica de no ser necesario más que eso para afirmar su propuesta. Es como si el baile escapase de la acumulación, de la colección y del archivo, y se propusiese un estado de discurso solamente regido por el gesto al revelarse al otro.
Ficha-técnica
Dirección: Luis Garay
Actores: Ivan Haidar, Luis Garay e Florência Vecino
Colaboración Artística: Ana Teixeira e Vanina Scolavino
Colaboración Dramatúrgica: Ariel Farace
Asistente de Montaje: Tom Monteiro
Iluminación: Eduardo Maggiolo
Identidad Visual: Vanina Scolavino
Resenha
El cuerpo humano no se limita a su materialidad, sino que contempla la suma reconocible del movimiento, que le lleva al otro la sugerencia de un discurso, sea él simbólico o ilustrativo. A ese mover se le llama gesto. Entonces el gesto es el cuerpo en potencial de la expresión hacia el otro. El hombre vive otro estado de presencia en el medio. Ahora, también tenemos la multiplicación de las posibilidades de presentación al otro, virtuales, productivas, representativas y también corpóreas. El gesto deja de ser solamente un decir y pasa a contener en sí la sobreposición de las esferas de presencia. O sea, presenta al otro el reconocimiento de las instancias de participación en la medida en que la cantidad de vocabulario toma una dimensión mayor o menor en medios culturales y sociales distintos.
Luis Garay investiga el exceso del gesto al danzar, conceptualizándolo como cuerpo-archivo. Se trata de la composición de un movimiento por las dimensiones históricas, culturales y sociales como mecanismos de producción y solicitación de gestos. Está en el agrupamiento y en la sobreposición de esos mecanismos la dimensión del reconocimiento de otra calidad de cuerpo, ahora construido por el convivir de signos contradictorios e ilustración confusa. Y por ende, el sujeto reconocible, se esquiva de cualquier traducción objetiva; es complicado decir por la observación del cuerpo y cómo él se coloca en el discurso, quién es quién. Por un lado, la confusión liberta al sujeto de la confirmación por los moldes establecidos del entendimiento de identidad impuesto por el medio. El sujeto está libre para las paradojas y la identidad precisará ser sustentada solamente por los valores que están limitados a ella, pero no más a lo que le está determinado. Por otro lado, la pluralidad de la interpretación se esquiva a la perspectiva de ser la identidad la imagen de la aceptación. El cuerpo se convierte simultáneamente en la dimensión máxima de su representación y la anulación de un discurso específico. Le cabe al gesto, de una forma o de otra, aproximar al cuerpo de las traducciones. El gesto como explosión simbólica del cuerpo-archivo trae como resultado la imposibilidad de traducir. Pertenecerá al verbo, al actuar, el sentido más elevado del reconocimiento. Pero ahí tendremos que aceptar la ética del cuerpo como expresión mayor del sujeto. Lo que no es tarea fácil en días difíciles.